Vinaròs tiene hoy un alcalde que hizo campaña electoral aludiendo a la fortaleza que supondría para el municipio que el color político del gobierno de la nación, el autonómico y el local fuera coincidente. Y cuando prácticamente no ha empezado a andar la actual legislatura, se evidencia el escaso peso político de quien decía eso.

Hoy sabemos que el PSPV no ha contado con ningún edil de Vinaròs para formar parte del gobierno de la Diputación Provincial. Esto, que en sí mismo es un hecho muy relevante, lo es mucho más cuando se constatan las formas con las que se han evidenciado la nula capacidad de influencia del socialismo vinarocense puesto que, pese a que se publicó la futura designación de uno de sus concejales, finalmente no acabó siendo designado.

GRAN PROBLEMA // Estamos ante la primera muestra del que ya se percibe será uno de nuestros principales problemas. La vuelta a la total y absoluta irrelevancia. No porque no seamos merecedores de mayor atención por parte de quienes nos gobiernan, sino por la incapacidad de aquellos que deberían rebelarse frente a decisiones que desatienden los intereses de los vinarocenses.

Y no solo no lo hacen, sino que la sumisión con la que las aceptan muestra que una vez más, y ya son muchas, para ellos primero es el partido y después Vinaròs.

Sé que ahora vendrán con la cantinela de que no estar en el gobierno de la Diputación Provincial no quiere decir que no se vayan a atender las necesidades del municipio. Sí, lo sé. Y es por eso por lo que pongo el foco del agravio no en el hecho de no estar en el gobierno, sino en la forma en la que se ha decidido que no estén.

*Portavoz del Partido Popular en Vinaròs