Seguimos a la espera de que el presidente en funciones, tras su irresponsable descanso vacacional mientras ardía Canarias y un barco español, el Open Arms, se convertía en noticia internacional, se decida a dejar de mentir. Ya está bien de pretender una cosa y aparentar otra, a la vez que se pregona una transparencia que no se practica. Si el PSOE quiere elecciones porque considera saldrá beneficiado, que lo diga, y deje de engañar al personal aparentando querer acordar con Podemos.

Si por el contrario, realmente rehúyen una nueva cita electoral, que asuman la realidad. Nunca un socio preferente gozó de tan escasa confianza como para imposibilitar un gobierno de coalición. Siendo una obviedad que mucho más relevante que quien sea ministro es saber que se pretende hacer en el ministerio correspondiente. Siendo por ello que no se entiende que Sánchez esté dispuesto a pactar la política a desarrollar por su gobierno y no a ceder los sillones. Se da la paradoja de que aquellos que decían bajarían el recibo de la luz, limitarían los precios de los alquileres, subirían las pensiones y todo lo que conviniera que para eso son de izquierdas y estaban en campaña, ahora, cuando llega la hora de la verdad, vuelven a dar muestra de que de lo que dicen a lo que hacen hay una diferencia tan abismal como de la mentira a la verdad.

La incoherencia de las izquierdas, que en campaña siempre dan muestras de estar muy unidas pero que, el día después de las elecciones, lo supeditan todo al reparto de las poltronas. Debe ser que la luz y los alquileres ya no son tan caros, ni las pensiones tan bajas, cuando su verdadero y principal interés está en ver quién ocupa el sillón.

*Portavoz del PP en Vinaròs