Historia de Castellón y tradición… dos elementos que, un año más, se darán cita esta tarde en la Cavalcada del Pregó junto a los mitológicos. Una representación única de nuestras costumbres, leyendas, folclore… que se convierte en nuestra particular manera de explicar al mundo quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Castellón se enseña en el Pregó, se reconoce en la Romeria y se conjura durante la semana de Magdalena para abstraerse de la realidad y disfrutar… disfrutar con los amigos y la familia de unas celebraciones únicas,cargadas de historia y simbolismo que hacen posible cientos de hombres y mujeres que, de forma desinteresada y durante un año entero, trabajan en los distintos entes festeros para que el resto disfrutemos de un inmejorable programa de fiestas.

La Magdalena es esto. Es el verde de nuestra bandera, es la luz de nuestras Gaiatas, es el olor a pólvora, el pasodoble taurino interpretado en las corridas de Feria, es la música en las Collas, las risas, la blusa negra, nuestra Lledonera… Con orgullo nos ataviamos con nuestros trajes tradicionales y con orgullo repetimos año tras año momentos heredados de nuestros antepasados, aquellos a los que debemos nuestra existencia y por quienes estamos obligados a respetar historia y tradición. Y ese fue precisamente el mandato que surgió del pasado Congreso Magdalenero cuando se votó que la Romeria salga de nuevo del interior de la Concatedral poniendo punto y final a la controversia generada por el gobierno bipartito al tratar de desligar su origen religioso y negarse a entrar en el templo en el inicio de la misma. Actitud que han mantenido estos últimos años y que deberán modificar si es verdad que gobiernan para todos los castellonenses y si asumen que deben despolitizar unas fiestas que son nuestras, de quienes nos precedieron y de quienes nos sucederán.

*Portavoz del Grupo Municipal Popular en Castellón