No tener un empleo de calidad supone que los jóvenes no podamos emanciparnos. Nos encontramos con salarios bajos, empleo temporal y desajustes en el mercado. La precariedad laboral, las malas condiciones de trabajo y el elevado precio de las viviendas hace que un 81% de los jóvenes de entre 16 y 29 años sigan viviendo en casa de los familiares o tengan que compartir piso.

En un periodo de tiempo, todos los grupos han visto reducidos sus retribuciones anuales, pero hay un colectivo que lo ha sufrido más: los jóvenes. El 55% de ellos sigue teniendo un contrato temporal con una media de 940 euros. Los menores de 30 años tendríamos que hacer uso de más del 90% de nuestro sueldo para poder alquilar una vivienda.

ES NECESARIO adoptar ya medidas para frenar la sangría que supone el mercado de trabajo para los jóvenes, somos los más perjudicados por la reforma laboral. Se necesita reforzar la atención y la orientación a los jóvenes.

Ante el uso fraudulento de los contratos en prácticas no laborables que afecta a medio millón de jóvenes, los sindicatos han peleado y se ha conseguido introducir la negociación de un estatuto de las prácticas no laborables. Habría que establecer un desarrollo de las prácticas no laborables curriculares y la eliminación de las prácticas extracurriculares.

Históricamente, los jóvenes siempre han sido los impulsores de los cambios, de las reformas, y nosotros no vamos a ser menos. Conforme he apuntado antes, venimos de una situación de crisis, en que hemos sido de los más perjudicados, pero ello no es excusa para no revertir esta situación. No tenemos que ser conformistas, el cambio que necesitamos ahora es posible, solo tenemos que ver el ejemplo de nuestros mayores y en UGT contamos con su colaboración. Son los jóvenes del ayer. Los que nos enseñaron el camino para reivindicar unas condiciones de trabajo dignas.

Gracias a ellos tenemos «el estatuto del trabajador» con unas leyes que no fueron regaladas. Los jóvenes, dentro del movimiento sindical, siempre han sido los que supusieron un cambio para conseguir las leyes que hoy en día tenemos.

Desde UGT seguiremos reclamando que es necesario derogar la reforma laboral para reequilibrar las relaciones entre trabajadores y trabajadoras con los empresarios y avanzar hacia el cambio del modelo productivo del país para crear empleo de calidad, retomar la negociación colectiva, con la prevalencia del convenio sectorial y seguiremos negociando para que el salario mínimo interprofesional sea de 1.000 euros en el 2020. Que se reduzca la temporalidad y parcialidad de los contratos, ya que durante los últimos años hemos asistido directamente a la precariedad de las condiciones de trabajo en general pero afectando sobre todo a los jóvenes.

Actualmente, casi en solitario, los jóvenes estamos reivindicando la reversión del cambio climático, puesto que afecta directamente a nuestro futuro, pero también nos afectan los salarios, y las pensiones, y la sanidad…

Siempre hemos sido la punta de lanza, y no vamos a renunciar a nuestro papel en la sociedad, para lo que contamos con el apoyo de nuestros compañeros/as pensionistas (jóvenes de ayer) de UGT, que nunca han perdido su espíritu reivindicativo.

*Portavoz de Aposta Jove en UGT PV