Querido lector/a, leo con alegría que el PSOE y Podemos pactan programa y gobierno en Castilla-la Mancha. A pesar de ello, no creo que sea fácil ni que hayan desaparecido las desavenencias.

Pero, lo de ahora, junto con ententes municipales, coincidencias en el Congreso de los Diputados en Madrid, lo del Botánico en el País Valencià… etc., señalan algo esencial: que estamos en el buen camino, el del dialogo, y que los acuerdos entre PSOE y Podemos además de necesarios no son imposibles.

Es decir, que se empieza a tener conciencia de que, con mapa político de minorías, si se quiere influir en la defensa del bien común hay que gobernar y, para eso, son imprescindibles los acuerdos.

Decía que no será fácil ni para el PSOE ni para Podemos. Y es que, el PSOE tiene que superar la vieja idea de que solo un partido puede expresar el movimiento de la izquierda.

Además, debe reconocer en la praxis que la izquierda no solo es un movimiento político que se manifiesta en justas electorales. La izquierda también son los sindicatos y un montón de organizaciones sociales que, con sus actuaciones, construyen un movimiento cultural que va más allá de las fronteras orgánicas de los partidos.

Pero, al mismo tiempo, el camino del diálogo y del pacto de gobierno tampoco será fácil para Podemos.

Quiera o no quiera, su utilidad social va a depender de lo que viene después de su espectacular llegada y de la posibilidad del sorpasso, de lo que hay detrás del resistencialismo y de la pura teoría. En definitiva, de si asume ser una izquierda eficaz que se atreve a gobernar.

Querido lector/a, los valores de la izquierda están vigentes pero todas sus tradiciones están cuestionadas.

Esta es una buena ocasión para que las fuerzas afectadas no repitan desgarradoras y estériles confrontaciones y construyan una nueva tradición: la del reconocimiento del otro, la del diálogo y, si procede, la del acuerdo de gobierno que ayude a creer en la esperanza de la justicia social y del bien común.

*Experto en Extranjería.