Por desgracia, las personas LGTBI somos expertas en pandemias y en aislamiento social, pues parte de nuestra historia ha estado marcada por la estigmatización de otra gran pandemia, la del VIH. Las personas LGTBI simplemente reclamamos dignidad, lo que significa ser personas de pleno derecho, independientemente de amar a quien deseemos, identificarnos con el genero que nos plazca y expresarnos libremente.

En teoría, la Constitución y otras leyes de nuestro país nos garantizan que todos, todas y todes somos iguales, y que tenemos los mismos derechos. Y todo está bien hasta que, un buen día, le presentas tu novia a tu padre y te dice que te apoya, pero que, por favor, no se lo cuente a su hermana, que no lo entenderá, y que no des la nota por el barrio, que lo lleve discretamente. Entonces se te cae el mundo.

No entiendes por qué no puedes hacer como tu hermana, y a esa persona tan maravillosa que amas con locura, no puedes llevarla a las comidas familiares. De esa persona de la que quieres contar maravillas a todo el mundo, te prohíben hablar y, en mi caso, tuve suerte y la pude llevar a eventos familiares íntimos y presumir de ella con la gente que más quería.

No puedo imaginar el sentir de esas personas que no pueden explicar a su familia la sencillez de lo que estar enamorada. Y no lo pueden hacer porque no lo van a atender.

Una de las acciones que hacemos desde el colectivo es, precisamente, comunicar a las familias que su hija o hijo se identifica con el género contrario al que le han asignado al nacer, y que han dado el paso, y van a visibilizarse como se sienten.

AFORTUNADAMENTE, nos han tocado familias progresistas, pero aún me retumban los dramas. No me puedo imaginar lo que puede vivir una persona transexual en una familia conservadora. Y no voy a hablar del sufrimiento de las personas con pluma.

Pues todo esto tiene un nombre: LGTBIfobia. Y no son estadísticas, es la realidad, una realidad invisibilizada, cuotidiana y normalizada por las propias personas LGTBI. Personas que, a día de hoy, aún se esconden en un armario delante de sus familias, sus centros de trabajo, sus amistades. Personas que sufren, que se desesperan, que se disfrazan.

Por eso es tan importante la lucha LGTBI. Para, por un lado, visibilizar a las personas LGTBI y que vean que no están solas y, por otro lado, para sociabilizarnos, para que las personas LGTBI puedan intercambiar experiencias y tener amistades donde se puedan identificar, hablar y amar libremente.

En este sentido, los, las y les socialistas aspiramos a conformar una sociedad que se implique educando y sensibilizando en esta la lucha porque, solo así, tendremos una sociedad igualitaria en la que no tendrá cabida el odio y los ataques hacia este colectivo.

Como se decía al principio de este artículo, las personas LGTBI son expertas en pandemias y en aislamiento social pero, ahora, la lucha contra la LGTBIfobia es nuestra, y la vamos a ganar con nuestra unidad.

*Secretaria LGTBI de la ejecutiva del PSPV-PSOE de la provincia de Castelló

**Presidenta de Castelló LGTBI