La propaganda antes que la educación, afirma el Sr. Iglesias junto con que la existencia de los medios privados de la comunicación ataca la libertad de expresión, a la que parece que solo los suyos tienen derecho. La situación ha supuesto un amplísimo recorte de libertades de todo tipo. Entre ellos la de expresión. Hay muchos ejemplos. Las comparecencias de Aló Presidente, donde Sánchez habla horas y no dice nada y las preguntas son filtradas, lo que llevó a un plante de la prensa libre. La geolocalización que atenta contra la protección de datos. La supresión del portal de transparencia. Los 15 millones a las televisiones amigas, que ya son unidireccionales: el gobierno social comunista todo lo hace bien y la culpa siempre es de la derecha. El manipulado CIS de Tezanos, que pregunta si nos importa que solo haya una fuente de verdad oficial. El bloqueo de las redes sociales, donde de repente no se pueden reenviar mensajes o videos, si se meten con el poder político. Cosa que no pude creerme hasta que me pasó y que es para meditar sobre quién controla eso, porque es peligrosísimo. Las intervenciones de Ferreras, Ana Pastor o Roures y su progresismo excluyente y sectario. Los falsos seguidores de las redes del gobierno que resulta que tienen decenas de miles de cuentas recién creadas de bellas señoritas, todo likes. Y lo peor, el general Santiago de la Guardia Civil diciendo que tienen como misión «minimizar el clima contrario a la gestión del Gobierno». Qué indignidad usar el estado de alarma y las instituciones para fines tan rastreros. ¿Somos libres?

*Notario