Por capacidad, por méritos y por preparación. Por todo eso muchísimas mujeres ocupamos, cada vez en mayor número, espacios y puestos de responsabilidad en cualquier ámbito. En condiciones de igualdad con los hombres y sin tener que reservarnos cuotas en exclusiva, así vamos conquistando metas. Queda mucho por hacer, pero me niego a recorrer ese camino enfrentándome a la mitad de la sociedad. Los hombres son mis aliados y compañeros, nunca mis enemigos.

Por eso no me gusta el feminismo que se fundamenta en victimizar a las mujeres y en señalar como culpables a los hombres. Jamás he visto a mi madre hacerse la víctima, ni mucho menos necesitarlo.

Tampoco a emprendedoras y a luchadoras que han levantado sus empresas creando empleo y riqueza, ni a las artistas que nos emocionan, ni a las deportistas que han llegado a lo más alto en el podio, ni a todas aquellas mujeres que cada día trabajan juntas para hacer un mundo mejor.

Por eso no necesito una ministra que pretende ser influencer y tuitea proclamas feministas. Mucho menos que me diga que puedo llegar a casa sola y borracha. La ministra que necesito es la que defiende mis derechos y condiciones de trabajo en total igualdad con los hombres. La que implementa medidas que me permiten conciliar mi familia y mi trabajo. La que incentiva mis capacidades y talento.

Hoy celebramos un nuevo Día Internacional de la Mujer, y lo voy a hacer con total convicción. Nos ha costado tanto superar la tutela masculina que sería ridículo aceptar la de otras mujeres y sus consignas. Señora ministra, déjenos en paz que tenemos mucho trabajo.

*Alcaldesa de Onda