El pasado viernes empezó una nueva temporada del campeonato nacional de Liga, en el que se vislumbra, como siempre, un duelo a tres entre Barça, Madrid y Atlético, clubs beneficiados por la desproporción de los derechos televisivos que marca una brecha insondable entre los grandes y el resto de los equipos en España. Un ejemplo de mayor equidad se da en el fútbol británico, que en los últimos diez años ha aumentado en un 150% el volumen del negocio televisivo, con un reparto más equitativo y con una gran presencia en el mercado. Para exponer solamente un caso, únicamente el Barça y el Madrid ingresan más que el colista de la Premier, que está a la altura de lo que percibe el Atlético.

Telefónica sigue siendo una campaña más la operadora privilegiada de los derechos televisivos de Mediapro, aunque esta temporada, gracias a la adquisición de los mismos por Orange y Mediaset (a través del canal Mitele Plus, por internet) la oferta se diversifica. Una de las incertidumbres del curso se centrará en comprobar cómo van a poder recuperar una inversión de 1.300 millones de euros, con una política de precios muy distinta a la que ha permitido al fútbol británico liderar el contexto europeo.

En otro orden de cosas, la nueva temporada futbolística llega también con nuevas reglas deportivas y con la eterna polémica entre Federación y LFP, esta vez por los horarios y los días de partido, aún pendientes de los juzgados. Y con el auge del fútbol femenino y la irrupción y el empoderamiento de la mujer en un terreno de alta responsabilidad como es el arbitraje.