Escuchar a Pedro Sánchez decir que Maduro no representa a la izquierda, a la vez que Pablo Iglesias y Errejón lo defendían, hasta antes de ayer, es la constatación de que cuando se ponen frente al espejo no se reconocen, porque hacerlo sería tanto como asumir el fracaso de su ideología, sustentada en planteamientos tan teóricos como falaces, según los cuales por ser de izquierdas se tiene mayor conciencia social, cuando la realidad es que no hay política más eficaz para hacer prosperar a la sociedad que aquella que amplía las libertades individuales, como medio a través del cual facilitar el desarrollo económico y social.

CIERTO ES que no es lo mismo la izquierda, que la izquierda populista, pues si la primera dificulta el crecimiento, la segunda lo imposibilita. Y es por ello que en el escenario patrio, donde no es posible un gobierno de izquierdas que no esté condicionado por el populismo de Podemos, cuando no el totalitarismo de los independentistas catalanes, es urgente dar voz a los españoles para que decidan si confían la gobernabilidad del país a aquellos que se esfuerzan en decir una cosa y hacer la contraria, no me resisto a recordar el discurso de Sánchez en la moción de censura, donde decía querer ser presidente para convocar elecciones.

O si por el contrario optamos por un gobierno liberal que priorice las bajadas de impuestos, la creación de empleo, la mejora de los servicios básicos, y la defensa de la nación de aquellos que tratan de obtener privilegios a costa del resto de españoles.

Es la eliminación del impuesto de sucesiones y donaciones un símbolo de lo que son unos y lo que somos otros. Mientras aquí nos lo ha subido Puig y Oltra, en Andalucía lo elimina un gobierno del PP.

*Portavoz del PP en Vinaròs