Magdalena festa plena deberíamos celebrar hoy, pero el gobierno municipal de Castellón se ha empeñado en armar el Belén en pleno mes de marzo. A la mala noticia de no poder recordar nuestras raíces y vivir nuestras tradiciones por el covid… se ha sumado la peor de las gestiones posibles, con una alcaldesa que ha montado un lío monumental en toda la ciudad por sus constantes vaivenes respecto al cambio del calendario laboral y escolar, a apenas cuatro días del inicio de la (No) Magdalena.

Peor no se ha podido gestionar. Era un secreto a voces que no podría haber Magdalena en las fechas previstas y el 14 de enero se anunció oficialmente. Amparo Marco y su equipo han tenido tres meses para hacer los ajustes necesarios. Pero para eso se necesita planificación, ganas de consensos y trabajo, sobre todo trabajo, el valor más deficitario en el expediente del tripartito.

Ni una sola decisión ha tomado la alcaldesa. Una vez más, la alcaldesa de Castellón confunde competencias con responsabilidad. En lugar de tomar decisiones, se ha dedicado a echar balones fuera y a culpar a sus socios/enemigos de Compromís y a la Generalitat de cuestiones que se deberían haber adoptado y trabajado en el seno del Ayuntamiento.

El resultado es una ciudad inmersa en el caos. Familias, alumnos y profesores enfrentados. Empresas cambiando el plan de trabajo a toda velocidad. Administraciones desconcertadas y a medio gas. ¿Y dónde está la alcaldesa? Hace muchos meses que lo vengo preguntando. Su nula gestión es cada vez más evidente para los ciudadanos. El problema es que son los castellonenses los que acaban sufriendo su falta de responsabilidad. H

*Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón