La magia de las campanadas de la última noche del año. Con las 12 campanadas de la medianoche se da por acabado un ciclo anual y se inicia un nuevo año rodeado de esperanza, incógnitas y ansia de que los deseos no cumplidos en el año que pasa, se vean realizados en el siguiente.

Hay duendes en torno a nuestra mente que todavía nos hacen pensar que lo no muy plausible, es o puede ser una realidad.

Sueños como que nuestro país sea gobernado por un equipo humano capaz de remontar nuestra economía, crear nuevos puestos de trabajo de media y larga duración, evitar que nuestros jóvenes tengan que emigrar, acabar con la mendicidad y la pobreza, proporcionar suficiente garantía de estabilidad para que desaparezca la ansiedad y desasosiego. Únicamente así nuestro pueblo se sentirá seguro como al despertar de un mal sueño.

La alegría desbordada nos lanza a compartirla con nuestros semejantes, como el famoso beso del marine a la chica rubia con el pelo a bucles, en Times square de Nueva York, al finalizar la II Guerra Mundial.

La verdad es que una continuidad sin cambios nos abocaría a una existencia gris o lo que es lo mismo, a una inexistencia, por lo que, mal que bien, corramos el riesgo de sentirnos vivos y parte de una obra en común en pro del bien de nuestra ciudadanía. H

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSPV-PSOE de Castellón