Mirar impasible como lo esperado no llega es poco menos que desalentador. Estamos en una situación de bloqueo, los acuerdos políticos entre partidos no se producen y las posturas son cada vez más intransigentes, mientras que los organismos internacionales se muestran cautos a la hora de valorar la situación e incluso a publicar sus previsiones para nuestro país, como ha hecho el FMI, hasta que no se haya formado un gobierno definitivo, poco importa si de centro-izquierda o de derechas.

Nada hemos adelantado sino todo lo contrario. Prácticamente se da por hecho que unas nuevas elecciones generales se van a llevar a cabo, con un coste económico calculado en 150 millones de euros, siendo el coste real de las últimas de 130 millones de euros. Mientras, el coste de tiempo es de… ni se sabe, pues si los resultados son los que se piensan, es decir, más abstención del electorado y distribución porcentual de los votos similar a la obtenida en las elecciones pasadas, con algunas diferencias sin trascendencia, no se habrá adelantado nada.

Y de nuevo lo mismo. ¿Vuelta a empezar con las negociaciones? ¿ Otra vez la intransigencia y el inmovilismo? Creo que todos se han visto las caras y conocen de sobra sus intenciones. La parte perdedora de todo esto es el pueblo español que, en medio de una situación grave de crisis, para los más, está en manos de los menos. H

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSPV-PSOE de Castellón