Reescribir la historia y acabar con las tradiciones que conforman la esencia de un pueblo son dos de los objetivos del PSPV, Compromís y Podemos desde que dirigen los destinos de la Generalitat. El sectarismo ideológico y la imposición frente a la libertad de elección son el sello de esa alianza tripartita que tanto daño está haciendo a los habitantes de la Comunitat Valenciana.

La educación dirigida, el adoctrinamiento y la manipulación para que encaje con los mantras que emanan del independentismo catalán ya nos está dando verdaderos quebraderos de cabeza y por eso el Partido Popular de la Comunitat está dando la batalla en defensa de la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos. Y así seguiremos.

LA IZQUIERDA radical y los independentistas, sin embargo, no están satisfechos con intervenir solo la educación o el modelo sanitario, sino que aspiran a más, ansían modificar el acervo cultural de nuestra autonomía politizando las Fallas o las Hogueras, o intentando erradicar por la puerta de atrás tradiciones tan arraigadas como los bous al carrer que en la provincia de Castellón, por ejemplo, ha celebrado en el 2017 un total de 5.364 festejos con 30 millones de euros de impacto económico (más de 50 en toda la Comunitat).

Estas fiestas populares demuestran su enorme aceptación entre nuestros vecinos y ahora el tripartito quiere borrarlas del mapa. En la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos, el grupo parlamentario de Podemos propuso que sea necesaria la presencia de un segundo médico en los festejos --que en la práctica supone no poder celebrarlos por el coste económico inasumible que ello supone--. Pues bien, el PSPV y Compromís apoyaron la medida y Ciudadanos, como siempre, se puso de perfil y optó por la abstención en un tema de tanta trascendencia.

El PPCV fue el único que votó en contra y ya hemos registrado una proposición de ley para eliminar esta exigencia y salvaguardar nuestras tradiciones del continuo ataque de un gobierno lesivo para los intereses de la Comunitat. No vamos a permitir que el tripartito prosiga con el lavado de cerebro a nuestros niños, ni con las cortapisas a la libertad de elección, ni con la eliminación de la colaboración público-privada y mucho menos el menosprecio a las tradiciones amparados en unas ideas políticas rancias, trasnochadas y para nada propias del siglo XXI.

Puig y Oltra van a tener que dar muchas explicaciones a los valencianos, aunque intenten esquivarlas, y asumir la responsabilidad de su gobernanza doctrinaria y de su pésima e irresponsable gestión. El partido que presido, no lo duden, seguirá al lado de la Comunitat para mantener su esencia.

*Presidenta del Partido Popular de la Comunitat Valenciana