Como queriendo pasar por Harrison Ford, nuestro presidente, apoyado por nacionalistas, separatistas y populistas, llegó a Bruselas. Por el camino una sesión fotográfica con gafas de aviador; y para acabar otras de solo sus manos. Una estrategia de marketing político comentada en tertulias, periódicos y en la calle. Pero, indistintamente de cómo Sánchez quiera venderse como presidente, y de si sale a correr con su perra por Moncloa lo importante es que es márketing sin Gobierno. No ha dedicado ni un minuto a gobernar, ni tampoco a explicar a los españoles y la oposición qué proyecto tiene y por cuánto tiempo. Por más que miremos sus manos fotografiadas, los españoles no lo podemos descifrar.

En Cs tampoco somos adivinos pero ya advertimos en su investidura que ese popurrí de votos que le permitieron ser Presidente algo demandarían a cambio. Y no nos equivocamos. Sánchez habla de acercamientos de los presos de ETA. También levanta el 155 y le permite al supremacista Torra inyectar 20 millones de euros más a TV3 para que siga mofándose de los andaluces que no trabajan. Lo único más que sabemos es que Sánchez ha renunciado a la reforma de la financiación autonómica que tanto pedían y culpaban de todo los socialistas valencianos.

Y no podemos olvidar al ministro Màxim Huerta, el breve, o la delegada de Gobierno exprés, que duró en el cargo menos de una hora. Éstos son los resultados de la política de marketing sin Gobierno. Las estrategias comunicativas de un ejecutivo son importantes para que los españoles conozcan quien les gobierna, qué políticas van a ejecutar y cuál es su proyecto. Pero si se trata de interpretar, personalmente me quedo con Ford y su Air Force One en lugar de con Sánchez. Y para gobernar y dirigir un país, sin duda, con Cs, que está demostrando ser la única alternativa al bipartidismo.

*Diputada de Ciudadanos por Castellón