Nada les descubro si les digo que son más de 100 días los que España funciona al ralentí, con un Gobierno en funciones agotado antes de empezar y con un presidente incapaz de alcanzar los acuerdos necesarios para gobernar todo un país, además de un presupuesto prorrogado que demuestra estar paralizando nuestra comunidad, la Valenciana. También nuestra provincia y, por ende, mi querido Benicàssim.

Si los comicios del pasado 28 de abril, costaron a las arcas del Estado cerca de 140 millones de euros, a nuestra provincia le están costando los 246 millones de euros de inversiones que anunciaron previstos para este 2019 y, que pasado el ecuador del año, no parece que vayan a llegar, máxime cuando la sombra de unas nuevas elecciones planea por el panorama político nacional porque todo a punta a ello. Hoy mismo, ayer para el lector, ya nos solicitaron a los Ayuntamientos que nos pronunciáramos en cuanto a la designación de los nuevos espacios electorales. Porque nosotros no cerramos por vacaciones.

Si a todo este despropósito económico que va a volver a suponer montar todo un nuevo proceso electoral que pagamos con los impuestos de todos, le sumamos a que la única acción en 100 días que se le conoce al presidente Puig ha sido la de aumentar el número de cargos y puestos de su confianza, así como incrementar las subvenciones a su televisión, entonces los despropósitos se disparan y los ciudadanos, se enfadan. Porque a pesar de sus promesas, los valencianos seguimos sin una adecuada financiación y, lo que más nos duele a todos, seguimos batiendo récords históricos en las listas de espera de los hospitales de la Comunitat Valenciana.

COMO CUALQUIER ciudadana, asisto incrédula al espectáculo circense de tres pistas en que se ha convertido el Congreso de los Diputados, pero, además, como alcaldesa, exijo responsabilidad y el desbloqueo de una situación que paraliza inversiones necesarias para mi ciudad, Benicàssim. Inversiones necesarias como, por ejemplo, un acceso que dignifique la entrada por la actual N-340, un enlace con la actual AP-7 y una depuradora que cubra las necesidades de crecimiento de toda nuestra población.

*Alcaldesa de Benicàssim