Nuestro país se encuentra en una de las mayores encrucijadas de su historia. Una crisis que nos ha sacudido por completo y que está sacando a la luz lo mejor de centenares de miles de personas anónimas. Sirvan estas líneas para, en primer lugar, mostrar la solidaridad con todos los enfermos y sus familiares y desear un pronto restablecimiento. También me gustaría expresar mi gratitud y admiración a los profesionales que están trabajando para garantizar nuestra sanidad, el abastecimiento y los servicios en la provincia de Castellón.

Pero ahora, más que nunca, la política debe convertirse en la herramienta más útil y cada una de las administraciones debe esforzarse en ser correa de transmisión de ayudas y soluciones. Ahora es el tiempo de que el servicio público sea el eje vertebrador y esa es la esencia de la gestión pública: mejorar la vida de los vecinos, proteger en tiempos de crisis y prepararnos para salir con fuerza de esta situación.

Por eso sorprende tanto que la Diputación de Castellón envíe comunicados con «posibles anuncios», con «medidas a estudiar»… Todo posibilidades pero ninguna concreción. El Grupo Popular, el mismo lunes, propuso una batería de acciones para que la Diputación, como Ayuntamiento de ayuntamientos, pusiera en marcha medidas concretas. Gracias por aceptar las de índole fiscal que les hemos propuesto, pero, ¿y todas las demás?

La institución provincial debe siempre velar por aquellos que son los más débiles, en este caso los municipios pequeños de Castellón, y ahora, más que nunca. No es el tiempo de abandonar la Diputacion y cerrar incluso los teléfonos, es el tiempo de la acción y de ayudar dentro de las posibilidades de cada uno.

La extrema gravedad a la que nos ha conducido el coronavirus obliga a quienes hoy gobiernan la Diputación a hacer efectivos inmediatamente los anuncios hechos hace meses. Es el momento de que el anunciado Plan de Cooperación, de 5,6 millones de euros, se asigne directamente a los municipios. O resolver inmediatamente las ayudas que ya estaban concedidas para que lleguen a las arcas municipales. Esta pandemia ha llegado en un momento en el que los municipios estaban soportando una deuda asfixiante por los impagos de la Generalitat valenciana y del Gobierno de España. Si la Diputación, que ha heredado unos recursos económicos muy saneados, con un remanente de tesorería de más de 50 millones, no sale a su rescate, estamos empujando hacia al precipicio a muchas poblaciones de nuestra provincia.

Otra de las cuestiones pasa por que la Diputación de Castellón adquiera y distribuya Equipos de Protección Individual (EPI), tanto para sus empleados como para los trabajadores de ayuntamientos de la provincia, con el objetivo de garantizar la seguridad de todos y cada uno de ellos. Y que ayuden a los ayuntamientos a implantar el sistema de teletrabajo porque hay pequeños consistorios que no tienen esa capacidad.

Y el Gobierno provincial debe habilitar ayudas directas al Ayuntamiento para crear o reforzar el Servicio de Atención Domiciliaria que atiende a mayores y dependientes a domicilio mientras dure el periodo de confinamiento, acercando la compra, medicamentos o ayudando en lo que necesiten. Y coger el teléfono para asesorar y ayudar a los ayuntamientos a solucionar los problemas que están teniendo para ayudar a todas las personas de la provincia. Es el momento de ayudar, de la gestión eficaz y de la responsabilidad.

*Diputado provincial por el PPCS