La actual situación de la administración valenciana de la mano de Puig y Oltra parece que se ha convertido en una maquinaria perfecta para aumentar el sector público con más entes y empresas. La cifra de 368 millones de euros es una aproximación de lo supone la maraña de nuevas empresas públicas para dar acomodo a propios y extraños.

Lo cierto es que la finalidad del nuevo sector público de la mano de Puig y Oltra se asemeja más a un colocódromo que a una verdadera vocación de servicio público, como debiera ocurrir en situaciones normales. Frente a la reducción profunda de las firmas públicas que hizo el PP con el president Fabra al frente, y que le valió duras críticas por parte de los entonces responsables de Compromís y PSPV, ahora asistimos a una suma innumerable de nuevas empresas de dudoso servicio público, si no es el de dar cabida a más cargos.

Y es que si eran pocos, el president Puig realizó la semana pasada una modificación del presupuesto para la Generalitat de casi 300.000 euros para dar cabida a más asesores en el departamento de Presidencia. Lo dicho, no se hace sino engordar la administración.

El problema principal es que todo ese diseño de una administración más costosa, más voluminosa, se hace a costa de recortar oportunidades a los ciudadanos. Hoy, mientras aumentan las empresas públicas y los cargos en la administración, se recortan ayudas a los sectores productivos, a las políticas industriales o a la financiación a empresas. Menuda forma de construir un modelo económico cuando la administración engulle todos los recursos y los recorta de quienes tienen que ser los motores del crecimiento de nuestra economía. Con Puig y Oltra más administración supone menos oportunidades, cuando debería ser exactamente lo contrario.

Hoy, nuestros autónomos cobran casi a 100 días de la administración, siendo el Consell de Puig y Oltra la autonomía que cierra la cola en retrasos de pago. La inversión en política industrial en el 2016 ha sido exactamente de cero euros. Y eso ya es muy grave porque se trata de uno de los principales motores de nuestra economía junto al turismo. No obstante, la política del Consell en derechos sociales tampoco es mejor y en la actualidad solo se escribe con las letras de los recortes.

Recortes en política social, en educación, en sanidad, en sectores que para Puig y Oltra eran vitales y que han sido sustituidos por un mayor sector público, por aquello de que da cabida a más gente. Hoy vemos atónitos como los retrasos, la falta de pago y los incumplimientos están a la orden del día, y parece que aquí no pasa nada. Hace poco, si ocurría alguna de esas circunstancias era culpa de las políticas despiadadas y sin corazón de los gobernantes del Palau de la Generalitat.

Hoy nada de eso se tiene en cuenta. No pagar, incumplir, recortar, subir impuestos y castigar a las clases medias es el ideario, la ideología política de Puig y Oltra. Y mientras todo eso pasa, parece que la mejor receta que se les ocurre es engordar y hacer crecer el sector público, en muchas ocasiones en beneficio de los suyos. Las personas seguirán esperando su oportunidad, que nunca les llegará mientras Puig y Oltra sigan gobernando.

*Diputado del PP en les Corts.