Si hay algo que diferencia al Partido Popular del resto de partidos es, sin duda, la libertad. Desde el PP defendemos la libertad y la igualdad de oportunidades y, desde un punto de vista económico, entendemos esta libertad como una apuesta por adelgazar la administración en beneficio del ciudadano.

Es decir, desde el PP pensamos que la bajada de impuestos y saldar las deudas de la administración son las principales claves para el crecimiento económico. Y la historia de España y mundial así lo demuestran: cuanto menor presión fiscal, más oportunidades se crean.

Sin embargo, por desgracia, el modelo del alcalde de Vila-real es completamente distinto. Benlloch tiene una concepción faraónica de la realidad, casi de la etapa de los zares rusos. Es en realidad una forma muy socialista de entender el mundo: gastar más de lo que se ingresa y cuando se ahoga la economía, subir los impuestos.

Benlloch ha subido los impuestos de forma escandalosa y se ha convertido en el alcalde que más prevé recaudar en la historia de Vila-real en concepto de IBI. Un impuesto que castiga a las familias y también a las empresas y esta medida frena las oportunidades, el crecimiento y la contratación. Este escándalo se une a los pufos y deudas que mantiene Benlloch con empresas, autónomos y asociaciones de Vila-real.

Su modelo económico es un desastre: deudas, subidas de impuestos y todo enfocado en fotos del alcalde mientras Vila-real atrasa y pierde oportunidades, planes de empleo e inversiones.

Mientras todo esto sucede, el alcalde de socialistas y Compromís tiene claro que su modelo de ciudad es muy caro y lo debemos pagar entre todos con impuestos. De ahí que mientras nos sube la contribución inicie la compra de palacios en la calle Mayor: su política es la de que brille la fachada aunque la nevera esté vacía.

*Portavoz del PP en Vila-real