Cada día que pasa, el número de parados aumenta hasta tal punto que en el primer trimestre del presente año, 11.900 personas han engrosado este colectivo, siendo el porcentaje nacional del 21%, lo cual responde a la falta de incremento de la actividad económica en nuestro país o al menos en lo que repercutiría en la creación de nuevos puestos de trabajo.

Los puestos de trabajo escasean y los que existen se basan en requisitos básicos, unos, y excesivamente específicos, otros, siendo las condiciones poco menos que inaceptables en épocas de bonanza. Pero, a pesar de ello, todas se cubren como último recurso.

El paro juvenil es otro gran dilema que tiene planteado la sociedad española. ¿Qué hacemos con nuestros jóvenes? La desilusión se apodera de un gran número de ciudadanos, muchos de ellos con altos niveles de preparación por lo que no tienen más opción que considerar emigrar a otros países donde puedan hallar más oportunidades, dejando atrás su bagaje socio-cultural y familiar, al tiempo de desproveyendo a su país de una fuerza laboral y, por lo tanto, de un vacío cuyas consecuencias, aunque previsibles, son difíciles de evaluar en estos momentos.

La población española ha disminuido en 1.139.000 personas, desde el 2009. Tratándose de una sociedad envejecida, los españoles no estamos en condiciones de permitir una merma de personas activas en nuestra población. H

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSPV-PSOE