Cuando recibes la llamada de la Conselleria de Sanitat en la que te informan que la Generalitat valenciana ha decidido el cierre perimetral de tu pueblo, la primera sensación es de angustia, pero hay que reconocer que no supone ninguna sorpresa. Cualquier persona que hubiera seguido la evolución epidemiológica de Soneja durante las últimas semanas habría llegado a la misma conclusión.

El porqué de esta situación no se puede achacar a una sola causa. Sería un error simplificarlo todo, porque a esta situación se llega debido a un cúmulo de motivos de diferente índole. Es indudable que las navidades nos han pasado factura pero, pero ha habido otras causas, y la consecuencia es que nos encontrábamos en una situación insostenible que requería una medida drástica.

La coordinación con las distintas administraciones responsables de este cierre perimetral y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que tienen la misión de hacerla efectiva, está funcionando, y es algo que aprovecho para agradecer. Pero lo más importante es la conciencia de todo un pueblo que, mayoritariamente, ha entendido que debemos hacer este esfuerzo extraordinario para revertir la situación. Estos días, la actividad en las calles de Soneja se ha reducido a la mínima expresión. En parte son consecuencia de las medidas adoptadas, de las restricciones en el comercio y el cierre total de la hostelería, pero también por la responsabilidad individual de muchas personas que han entendido que la forma más efectiva de combatir este virus es el aislamiento social.

Hasta el próximo día 20 Soneja sufrirá este cierre perimetral. Esperemos que con esta medida tan drástica se consiga bajar la incidencia acumulada a niveles tolerables. O mejor, reducirla a cero contagios. Mientras tanto, debemos seguir con este esfuerzo colectivo hecho a base de los esfuerzos individuales. H

*Secretario comarcal del Alto Palancia PSPV-PSOE y alcalde de Soneja