El presidente Zapatero lo expresó con palabras sensatas, que yo asumo y reitero: «La memoria histórica no supone mirar hacia atrás con rencor, se trata de mirar al pasado para saber la verdad, significa hacer un país más fuerte, un país que pueda mirar a sus ciudadanos con absoluta serenidad, para que se sientan reconocidos en nuestro proyecto de democracia contemporánea».

Con ese ánimo, hoy desde el Ayuntamiento de Castellón estamos dando un paso decidido para la restauración de la dignidad de aquellos y aquellas a quienes se les arrebató por la fuerza de las armas. La exhumación de los restos de tres asesinados por el franquismo es un acto de reparación individual y de justicia para las familias que durante muchos años han sufrido el abandono institucional, pero es también una acción colectiva, porque nos fortalece como pueblo y nos permite afrontar el futuro común con entereza.

Las generaciones que hemos crecido y nos hemos desarrollado en democracia tenemos en nuestra mano la responsabilidad de propiciar la justicia que nuestros antepasados no tuvieron ocasión de reivindicar. Desde el Ayuntamiento de Castellón lo tenemos claro y desde el primer minuto del mandato hemos trabajado para que el cementerio civil se convierta en un espacio de dignidad, de historia viva, en un homenaje permanente a quienes dieron su vida por la democracia y por la libertad.

La Ley de la Memoria Histórica tiene entre sus objetivos reconocer el sufrimiento y la violación de los derechos humanos que padecieron miles de españoles durante la terrible posguerra. Hoy tres familias seguirán sufriendo por el recuerdo de quienes vieron sus vidas segadas por la barbarie, pero lo harán satisfechos por recuperar el buen nombre de sus abuelos y padres. Hoy debería ser el día de la dignidad en el calendario de Castellón.

*Portavoz adjunta del grupo socialista en el Ayuntamiento Castellón