Qué resulta más trascendente: ¿la ecología o la salud de las personas? Sin la segunda no existiría la primera. Lo que sucede en varias poblaciones de la provincia, sobre todo las situadas en el litoral, con las plagas de mosquitos es alarmante. Exhibiendo la bandera de un falso ecologismo no se están fumigando las zonas que son susceptibles de anidar millones de estos insectos. Desde Peñíscola hasta Almenara sufren ataques de estos dípteros sin la reacción contundente por parte de las autoridades sanitarias, que salvo en una ocasión han rechazado los vuelos aéreos para poder llegar al foco de las áreas de marjal.

En las consellerias de Sanidad y Medio Ambiente casi todos miran a otro lado cuando en verano, y también en otoño, los castellonenses --y aquellos que eligen esta provincia para pasar las vacaciones-- soportan en sus propias carnes las picaduras. Claro que Almenara, Moncofa, Nules, Burriana, Vila-real, Almassora, Benicàssim, Torreblanca o Peñíscola disponen de espacios naturales de un gran valor ecológico, claro que estos insectos son la base alimenticia de muchísimas especies. Pero los intereses de las personas no tienen que estar reñidos con los del territorio donde habitamos. La convivencia es perfectamente asumible por todas las partes y se puede hacer una fumigación controlada --no invasiva-- que impida la propagación desmesurada de estas plagas. Detrás de los mosquitos está la propagación de muchos virus y enfermedades si no se les pone un remedio a tiempo.

Urge una reacción inmediata a esta situación y, por lo comprobado, el gran esfuerzo de la Diputación con un millón de euros no es suficiente. El alivio se puede encontrar en las oficinas de farmacia. La solución se encuentra en otras oficinas que están ubicadas en València.