En los próximos días, desde el área de Cultura del gobierno municipal, vamos a solicitar formalmente la cesión del Palacio de Congresos al Ayuntamiento de nuestra ciudad.

Para quien no lo sepa, tanto su propiedad como su gestión es de la Generalitat Valenciana, concretamente del Institut Valencià de Cultura, dependiente de la Conselleria de Cultura.

La gestión autonómica de esta infraestructura, como muchas otras en nuestra Comunitat, garantizó --durante años desde su puesta en marcha-- una programación cultural variada, personal necesario para la realización y acogida de diversas actuaciones, así como personal de producción, conserjería, seguridad y mantenimiento de forma diaria en el inmueble.

En los últimos años se cerró al público por falta de personal para atender este espacio; únicamente se abrían sus puertas los días de representación o celebración de eventos y actuaciones.

Los recortes en programación comenzaron a multiplicarse hasta que eliminaron, incluso, el programa de Bandes al Palau, por el que, al menos, las bandas de música de nuestros municipios aportaban programación a este edificio que cada vez iba teniendo menos vida.

La historia que expongo en esta tribuna es la decadencia de una infraestructura que quieren dejar morir, esos mismos que dicen querer abanderar la cultura, pero se olvidan de cuidarla y garantizarla. Y me refiero, obviamente a Compromís, de quien depende la Conselleria competente.

Es la crónica de una muerte anunciada, desde el momento en que obvian su responsabilidad de mantener y dotar de agenda a este edificio, que más les parece un estorbo que un espacio de dinamización económica a través de la actividad congresual y cultural. Para lo que se construyó.

Ha sido humillante ver cómo hemos desaparecido del catálogo en el que se expone y promociona la programación que el IVC oferta en la provincia de Castellón, en espacios que, como nuestro Palacio de Congresos, están bajo su gestión.

Únicamente en verano, cuando se celebra el Festival de Jazz, se incluye la oferta de Peñíscola en la programación conjunta.

ES DOLOROSO escuchar de los responsables de su gestión que no se debería haber invertido en una infraestructura así, refiriéndose a nuestro Palau como una carga que han decidido ignorar esperando a que, como por arte de magia, desaparezca y deje de darles problemas.

Es demasiado injusto y no lo vamos a tolerar, es por ello que en los próximos días vamos a hacer llegar una propuesta formal al Institut Valencià de Cultura para solicitar que nos cedan al Ayuntamiento el Palau.

*Alcalde de Peñíscola