La mesa de negociación entre Cataluña y el Gobierno de España reunida ayer es un insulto no solo para los españoles sino, especialmente, para los castellonenses, alicantinos y valencianos. Solo nos va a traer problemas. Allí se deciden cosas que nos afectan directamente. Y no estamos presentes. Una mesa de la vergüenza, que rompe el principio de igualdad y solidaridad entre los españoles, y que demuestra hasta qué grado de humillación está dispuesto a llegar Sánchez para seguir durmiendo en Moncloa. Se ha dado otro paso más en los objetivos de los independentistas. La hoja de ruta de Junqueras se va cumpliendo día a día con permanentes cesiones. En solo un mes ha conseguido que el Gobierno se plantee modificar el Código Penal para sacarles de la cárcel y que Sánchez fuera recibido en la Generalitat como si fuese un mandatario extranjero. En esa mesa se habla de autodeterminación y de amnistía, premiando la deslealtad. Se habla de trato preferente, de inversiones concretas en detrimento de otros territorios, de 4.000 millones de inversión para el Puerto de Barcelona, para las cercanías catalanas…

A todo esto, ¿dónde está Ximo Puig? ¿por qué calla el presidente de los valencianos, que debería defender nuestros intereses? ¿por qué está callado ante este agravio comparativo, con un desprecio total hacia la Comunidad Valenciana por la falta de inversiones del Gobierno de Sánchez? A partir de ahora sabemos que el futuro de los valencianos lo van a decidir los independentistas catalanes con el silencio cómplice del president Puig.

En el PPCV estamos muy preocupados porque en esa mesa de diálogo se decide, por ejemplo, si podemos plantar más hectáreas para el cultivo del cava o no, si el agua de los excedentes del Ebro puede regar nuestros campos, si llega dinero para Cercanías, si hay inversiones para recuperar los paseos marítimos de nuestras costas dañados por Gloria o el montante principal se dirige a municipios costeros catalanes. Allí se define la política lingüística (claramente a favor de la inmersión y los vigilantes lingüísticos en los centros), el futuro del corredor mediterráneo, las ayudas industriales, las inversiones en infraestructuras... Y Puig sigue callado y de brazos cruzados sin hacer nada, encantado de conocerse.

Los socialistas, con Sánchez y Puig a la cabeza, han traicionado a los valencianos desde el momento en que han decidido construir un gobierno sobre la base de esa mesa de diálogo de igual a igual entre el gobierno español y nuestros vecinos de Cataluña. El pueblo valenciano lleva muchos años peleando por sentarse en Madrid, en la mesa donde se toman las decisiones que afectan a nuestro futuro, que coincide con el futuro de España. No queremos seguir siendo espectadores de una mesa en la que nos jugamos mucho. Desde el Partido Popular, a nivel nacional y autonómico, tomaremos todas las medidas necesarias para defender las reglas de juego ante un Sánchez entregado a Junqueras y Torra, y un Puig complaciente y mudo. Sánchez es un peligro para España y un terrible peligro para la Comunitat Valenciana. El inerte Puig, visto lo visto, también.

*Presidenta del PPCV