De nuevo es motivo de polémica el tristemente recordado accidente ocurrido en la línea 1 del metro de Valencia, el día 3 de Julio de 2006. El lugar fue la curva anterior a la estación de Jesús. La línea 1 es la más concurrida, por su recorrido, del sistema metropolitano. El resultado fue de 43 muertos y 47 heridos. Muchas de las víctimas residentes en Torrent. Dos de ellas, de mi entorno. Como comprenderán, no puedo ignorar lo que sigue.

La jueza Nieves Molina, que ha llevado la instrucción por segunda vez, a requerimiento del gobierno regional, acaba de archivar el caso, a pesar de la denuncia, por vía penal, a trece personas como responsables del accidente. Argumentos varios y todos ellos exculpando a los responsables directos, si bien el conductor falleció en el accidente y, claro, no puede aportar datos. Rosa Garrote, presidenta de la Asociación de Víctimas del Metro 3 de Julio, ha manifestado que se va a recurrir, por lo injusto de la decisión tomada.

Falta de mantenimiento de las vías, mal funcionamiento del frenado automático, ausencia de sistemas preventivos y de alarma en tramos similares al del accidente, los cuales han sido instalados a posteriori, traslado del cadáver del conductor sin la presencia del juez de guardia, lavado de manos, al estilo Pilatos, del gobierno de Camps y un largo etcétera de detalles que la jueza ha considerado como no determinantes de la responsabilidad de nadie. Decepcionante. El dolor y el amor propio tienen suficiente fuerza como para seguir luchando para conseguir un veredicto justo. No se trata de venganza ni rencor sino simplemente de humanidad. Los muertos no vuelven pero su memoria pervive.

Así pues, considero adecuada la postura de los afectados quienes no cejarán en su empeño.

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSVP-PSOE Castellón