No es fácil tomar decisiones sobre la localización y ubicación de las infraestructuras que van a condicionar el futuro de nuestro territorio. Determinar por dónde debe ir el Corredor Mediterráneo. Por el Mediterráneo o por Madrid y Zaragoza. O establecer dónde debe ponerse la nueva estación intermodal del nuevo Acceso Ferroviario Sur al Puerto de Castellón, si en el Puerto de Castellón o en Vila-real. La verdad que no es fácil meterse en ese jardín --y en otros-- sin perder algunas plumas. Está claro que unos ganarán y otros perderán en sus respectivas apuestas. Pero, por si no se habían dado cuenta, mientras los unos y los otros están discutiendo y zurrándose a través de los medios de comunicación, otros desde Madrid no ejecutan ni el corredor ni el acceso ferroviario, ni ponen un céntimo en sus previsiones de los Presupuestos Generales del Estado.

Viene a ser la estrategia aquella de que «mientras barajo, no pierdo». Mientras los demás están discutiendo, no es necesario que el gobierno central decida nada, con la excusa de que los beneficiarios no se aclaran y que es necesario un mínimo consenso entre los agentes sociales y políticos.

Está claro que, al gobierno de Mariano Rajoy, al de Cristina Cifuentes de Madrid o a Francisco Javier Lambán de Aragón, les interesa más un Corredor que sea Algeciras- Madrid- Zaragoza- Europa, que no pase por Barcelona (Cataluña), por si acaso va y se independizan tarde o temprano.

De forma parecida no sé cuál de las dos soluciones preferirá el Gobierno de España, o la propuesta de ubicar la Estación Intermodal en el fallido Parc Castelló, en el Puerto de Castellón o en la que fue la estación intermodal de Vila-real frente a las instalaciones de la azulejera Porcelanosa. Pero mientras se está discutiendo, mientras se baraja, Rajoy no pierde ni uno de sus euros tan preciados.

TAL VEZ deberíamos dejarlo en manos de los expertos lo más objetivos posibles y consensuados por las partes, de las universidades y agentes sociales y apartar el tema de la batalla política o de la política de campanario, que es mucho peor.

*Abogado y urbanista