Hermanos: como ya hemos comentado en otras circunstancias el interior despoblado de nuestra provincia se convierte en un polo de atracción para aquellos cuyos trabajos les permiten trabajar desde casa y no les importa dejar atrás el bullicio de las ciudades de la costa. Bullicio que, por otra parte, ahora está siendo causa de un mayor contagio de enfermedades.

Cuando estas familias, que son unas pocas en relación con la población costera pero un sunami de gente para los pequeños municipios, llegan al pequeño pueblo de interior se preguntan varias cosas: primero si hay alguna casa en condiciones donde vivir.

Este es el problema mayor porque los pueblos tienen muchas casas, pero vacías, abandonadas o no se encuentran en condiciones de ser habitadas. La solución a este problema está en la colaboración entre los ayuntamientos (poniendo voluntad), la Diputación (poniendo medios técnicos) y la Generalitat (a través de la Conselleria de Vivienda, canalizando el dinero para rehabilitación de la UE).

El segundo problema es la deficiente red de banda ancha para internet en el interior despoblado. Como no es negocio los operadores no instalan la red. Pero para que la gente viva en el siglo XXI necesita internet como si fuera el agua. Por lo tanto, como he dicho otras veces: «Es más importante una autopista de la información que una de asfalto».

Y finalmente, la proximidad a los equipamientos públicos (colegios, centros de salud y hospitales, centros administrativos). Eso se soluciona con una buena red de comunicaciones y de transporte público. Esto ya es un poco más complicado de solucionar. Pero poco a poco. H

*Urbanista