El INE (Instituto Nacional de Estadística) confirma que los fallecidos en la primera ola del covid, hasta mayo, fueron 45.684 personas, frente a los 27.127 que reconoce el Gobierno. Un 68% más de lo que declaró el Ministerio de Sanidad del ínclito Illa .

Por aquel entonces, Fernando Simón , preguntado por la diferencia entre los datos estadísticos de mortalidad de los registros civiles y los que él declaraba, dijo que «no sabemos si se debe a un accidente de tráfico enorme, a un aumento de infartos», qué horrible falta de humanidad y de vergüenza.

Al fin no deja de enmarcarse en la cadena de mentiras sistemática que este mercachifle emite, siguiendo la voz de su amo.

Lo grave es que, además de mentir, se ríen de algo tan grave como la pérdida de vidas humanas, que al menos merecen respeto.

Por otro lado, todo el mundo sabe que los datos gubernamentales son falsos, y no se los creen ni los organismos internacionales. Hoy en día se declaran 34.752 fallecidos, cuando la cifra real es de 62.000. Pero claro, la operación de propaganda e imagen del gobierno social comunista supone no sacar imágenes de dolor, de sufrimiento ni de muerte y abordar la situación como si no pasara nada y fuera normal.

Solo están para lo bueno y también hay malo, muy malo, hay decenas de miles de vidas que se han perdido en soledad, muchas familias rotas, y demasiado dolor. En parte causado por la negligente gestión de quien debería hacerlo bien o si no al menos pedir perdón como otros, véase Merkel .

Ojalá que algún día tengan que acabar rindiendo cuentas. H

*Notario