En España ha nevado. Es obvio que necesitamos otro ministerio. El Ministerio de la Nieve. ¡No vamos a dejar pasar una oportunidad así, joder!

Hay que poner un tipet al frente con carné de uno de los partidos en el Gobierno, treinta años reconocidos de mamoneo político y ninguna experiencia profesional en el sector privado. Si el ministrable tuviera experiencia laboral estaríamos ante un caso de facherío extremo. No lo duden.

También son necesarios diecisiete directores generales. Uno para contentar a las bases de cada región. Si tampoco tienen experiencia laboral, mejor que mejor. Y, por descontado, ciento setenta asesores. Para cubrir esos puestos, lo más adecuado será contar con perfiles cercanos al ala más radical del partido. Sin titulación universitaria y sin selectividad aprobada. De hecho, si hubieran tenido malas notas durante su paso por el instituto… Pues miel sobre hojuelas.

Se vuelve imperativo que este Ministerio empiece a operar ya. No puede pasar más tiempo. Si es mañana mucho mejor que pasado, donde va a parar. El paro se reducirá considerablemente si tenemos en cuenta que a toda esta banda se le sumarán los empleados de base, los nuevos funcionarios, los colaboradores externos y el resto de amiguitos del progressive . Además, sus funciones son evidentes. Hay que atajar el problema de la nieve con perspectiva identitario-nacionalista, de género, de especie, lingüística, religiosa, psicológica y humanista. No hacerlo así sería algo muy facha.

Por cierto… El Ministerio de la Nieve necesitará un presupuesto muchomillonario . H

*Escritor