No hay conexión del aeropuerto de Castellón con Madrid. No, al menos, de momento. Lo anunció el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, en abril del año 2017. Lo hizo durante su primera visita oficial a la infraestructura, como el mago que se saca un conejo de una chistera. La intención era que esa conexión --también afirmó que se estaba trabajando para conectarlo con el de Barcelona-- sirviera de hub, de manera que, indirectamente, la base de Vilanova d’Alcolea fuese receptora de pasajeros procedentes de destinos internacionales.

Hasta ahí, todo correcto. Y bienvenida la propuesta. El problema es que de eso hace ya casi tres años, y después de meses y meses de silencios incómodos cada vez que se le ha preguntado por el asunto, la realidad se ha terminado imponiendo. Y la verdad no es otra que no va a haber tal conexión. Al menos no de momento.

Pero ahora nos hemos enterado por la prensa, y no por boca del presidente de la Generalitat, que el Gobierno de España le ha dejado claro que la ruta aérea Castellón-Madrid no se puede implantar si no hay interés de las propias aerolíneas. Y también que si se implanta, será la Generalitat la que deba financiarla. O sea, que Puig vendió la piel del oso antes de cazarlo con tal de copar titulares favorables y sacar rédito político a una declaración de intenciones. Y ahora se ha quedado mudo…

También se ha conocido que el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, no realizó todos los trámites necesarios para que la infraestructura tuviera un vuelo directo con Madrid, según ha revelado el Ministerio en una respuesta parlamentaria por escrito. ¡Vaya!

Desde el Partido Popular nos felicitamos por que el PSOE apueste y crea en el aeropuerto. Los populares teníamos claro desde el primer día su enorme potencial para el turismo. La lástima ha sido que los socialistas no hayan creído en la infraestructura hasta que se han sentado en sus sillones. Más vale tarde que nunca. Lo que desde luego no es de recibo que usen la infraestructura para generar unas expectativas que son falsas, con el único deseo de obtener rédito electoral de anuncios que están lejos de ser realidad. Propaganda, no. Trabajo, sí.

*Alcalde de Sant Joan de Moró y diputado provincial del PP