En un momento de terrible e inédita crisis sanitaria, con graves efectos en el empleo y el tejido empresarial de Castellón y de la Comunitat, y también del conjunto de España, Europa e incluso el mundo, cabe la mirada planteada por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) hacia el largo plazo, precisamente para consolidar un modelo que pueda soportar el estrés de futuras situaciones similares a la ocasionada por la pandemia.

El director de investigación del IVIE, Francisco Pérez, presentó ayer un informe que pone de manifiesto la necesidad de establecer un modelo productivo que ponga fin a los 12 puntos menos de renta media per cápita entre el territorio autonómico y el conjunto del país, a la vez que se curan las heridas económicas que dejará el covid-19. Incluye una serie de medidas orientadas hace un cambio estructural en el plazo de una década.

Una visión respaldada por el president Ximo Puig, quien apuntó que «se ha de pensar en las próximas generaciones, y no en las próximas elecciones, con un itinerario hasta el 2030, en el que habrá alternancias».

Puig hizo hincapié también en la necesidad de consenso de toda la sociedad para abordar la transformación, precisamente en una jornada en la que el pacto del PSOE y Podemos con Bildu para la derogación de la reforma laboral disparó la tensión en el seno del Gobierno y provocó reacciones de rechazo frontal en CEOE, que ya ha anunciado que abandona la mesa de diálogo social con el Ejecutivo, pero también en patronales como la azulejera Ascer, la CEV o AVE. Con una expectativa sobre la mesa de que el empleo perdido ahora no se recuperará hasta el 2025 y todo lo que eso conlleva, la capacidad de acuerdos en todos los ámbitos es más necesaria que nunca.