Escribo esta semana sobre los hechos acontecidos esos últimos días en el CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de València, porque una persona ha muerto. Según los primeros indicios, se ha suicidado. Esta desgracia ha ocurrido en uno de esos agujeros negros de nuestra sociedad, de nuestro estado de bienestar, de un país que se dice democrático, un lugar donde se encierra a las personas por una falta administrativa.

El lunes de la pasada semana nos notificaron que un ciudadano marroquí había muerto en el centro por lo cual la plataforma CIEsNO, organizó una concentración para el martes a las puertas del centro en protesta por la muerte de este joven y por las malas condiciones en que sobreviven los internos que están allí confinados, asistimos. A día de hoy, el caso está siendo investigado, desconocemos los resultados de la autopsia, pero es probable que el juez no la haga pública hasta que se acabe la investigación.

Estar en el CIE sin haber cometido delito alguno es un constante sinvivir para las personas allí encerradas. Tras la restricción, hace unas semanas, del acceso de las oenegés que asisten a los internos, vino un enfrentamiento entre ciudadanos de origen africano y latinoamericano, luego la muerte de un joven marroquí y siguieron los episodios de autolesiones de dos internos después de la muerte del citado interno. La opacidad de los CIEs se acrecienta. Una cosa tras otra, sin parar, situaciones y circunstancias que sumen a los internos en un estado de desesperación, de desesperanza, que alguna vez, como ahora, acaban en muerte. ¿Qué clase de sociedad somos? ¿Qué clase política somos? ¿Por qué hemos normalizado encerrar personas que no tienen un documento de identidad de ese país donde la suerte del destino les ha llevado? No olvidemos que ha ocurrido una muerte en el CIE.

DESDE NUESTRO grupo parlamentario Unides Podem nos hemos involucrado en esta lucha porque creemos en los derechos humanos, porque los internos en los CIEs son también personas --aunque algunos así no lo consideren-- y merecen una vida digna. Hemos pedido a la Delegación de Gobierno una visita inminente al CIE nada más conocer la muerte del joven marroquí, nos hemos puesto en contacto con la propia delegación para conocer de primera mano lo allí sucedido y hemos pedido una investigación profunda con responsables. Finalmente, esta semana hemos pedido al Gobierno del Estado todos los informes de la investigación porque esta muerte no puede quedar impune, porque se han de determinar responsabilidades, porque la familia merece medidas de reparación por la pérdida de su hijo o hermano, porque la vida llena de sueños de este joven hombre migrante se ha truncado. Los CIEs se han de cerrar. Porque existen miles de Mourane, construyamos un mundo mejor.

*Diputada autonómica de Unides Podem en Les Corts