En la década de los 80, gracias a la conformación de un grupo de mujeres pacifistas de países europeos y americanos que tenían como objetivos comunes la lucha contra la carrera armamentista y la paz mundial, se origina el Día Internacional de las Mujeres por la Paz y el Desarme, que se celebra cada 24 de mayo. El objetivo es lograr la incorporación de las mujeres en los procesos de paz mundial.

Existen algunos instrumentos que crean costumbre internacional, considerada fuente del Derecho, como la Resolución 1325 de la Organización de las Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad que, casi 20 años después mantiene vigente su propuesta de prestar más atención a la participación de las mujeres no sólo en la solución de conflictos, también en la consolidación de la paz.

LA RESOLUCIÓN recomienda presencia y participación de las mujeres en procesos de paz y en situaciones posbélicas, si bien es cierto que pocos gobiernos crean los mecanismos adecuados, muchas organizaciones de mujeres en todo el mundo, incluso en España, han sabido aprovechar dicha resolución para, con cierto matiz y dependiendo del ámbito de su activismo, dar fuerza a sus demandas de mayor presencia de las mujeres en los ámbitos políticos donde se toman decisiones importantes para el bienestar de la ciudadanía; para reivindicar derechos humanos, fundamentales, sociales y laborales; y finalmente, para crear estrategias transversales de género. Es significativo que ONU Mujeres señala que la 1325, además de representar un cambio en el enfoque de la prevención y la resolución de los conflictos, convierte la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y niñas en una preocupación de paz y seguridad.

Desde la óptica de la paz se han de incorporar los valores de no violencia, democracia y justicia, que serán los impulsores de una vida libre y digna para las mujeres. La paz para que sea sostenible y se consolide en la vida de las mujeres, con independencia de su situación social o económica, necesita perspectiva integrada, coherente y en relación con el desarrollo, derechos humanos -igualdad de género incluida-, y con el estado de derecho en materia de prevención de conflictos, entre otros. Organizaciones de mujeres, plataformas, mujeres activistas, mujeres anónimas son las que día a día hacen porque la paz social se mantenga en las sociedades en que habitan, paz social traducida en iguales condiciones económicas, sociales, laborales y políticas de mujeres y hombres; en el respeto de los derechos humanos de las mujeres, en la erradicación de todas las formas de violencias hacia las mujeres.

EN LA SOCIEDAD actual donde vivimos, en cualquier ciudad de Europa, Latinoamérica o África, en plena era covid-19, es tal la desigualdad a la que se enfrentan las personas, pero en particular las mujeres, que nos preocupa la deriva que está tomando la ausencia de paz social, donde los derechos humanos son vulnerados y la pobreza y la exclusión social sigue teniendo rostro de mujer.

Estas líneas son un reconocimiento a las mujeres que realizan actividades y acciones con el objetivo de lograr la paz social. Mujeres que son un modelo a seguir, inspiración de otros millones de mujeres de todas las edades que viven y conviven en contextos machistas y en sociedades donde hemos de seguir trabajando por una paz social. Más que nunca ahora en tiempos de crisis.

*Diputada de Unides Podem en les Corts