Se pierde en la búsqueda de la conciencia nacional. Aunque es un valor seguro la preservación de las especies culturales, no se puede admitir sin más cualquier reivindicación nacionalista. Durante mucho tiempo, ha sido un tema trasnochado y el nacionalismo ha resurgido recientemente mostrándonos su faz más detestable. Se pierde en la búsqueda de los orígenes de la conciencia nacional, que puede ser auténtica, imaginaria o manipulada.

Y naturalmente, hay que estar atento al modo cómo ha surgido esa conciencia nacional. Cabe preguntarse: ¿Es espontánea en el pueblo, es auténtica o es imaginaria y tal vez promovida y manipulada por alguna elite política que explota cínicamente este filón para medrar?.

Justificación primera: la supervivencia física. Todo grupo humano de talla suficiente tiene, en principio, el derecho inalienable de gobernarse a sí mismo, si los miembros de ese grupo lo desean.

Justificación segunda: la supervivencia y el florecimiento de una especie cultural. Ejemplos de estos valores son la existencia de un lenguaje común, la intensidad y calidad de los lazos sociales entre personas semejantes, las tradiciones… En suma, la identidad del grupo humano.

La gente tiene necesidad de un vehículo de expresión. No se expresa de la misma manera un francés que un ruso, un ecuatoriano y un español. No es solo cuestión de lengua. Se trata de patrones culturales de comunicación y de estructuración personal del propio pensamiento.

Es, pues, un estilo, una serie de conceptos para pensar primero, y consecuentemente para comunicar. El que conoce la historia de las ideas, sabe que la lengua y la cultura precondicionan al niño, lo configuran y lo programan para que piense en base a su trasfondo cultural.

*Secretaría Área de Políticas Sociales y LGTBI PSPV-PSOE Castellón