La célebre canción de Irving Berlin , White Chrismas , Blanca Navidad, desde su creación hace ya más de 70 años, ha venido alegrando las fiestas navideñas año tras año, traducida a más de 300 idiomas, y popularizada por Bing Crosby en el programa de radio de la NBC en la década de los 40: «Estoy soñando/con una Navidad/simplemente como las/que solía conocer (…)».

Este año, por mor de la ya histórica pandemia, de rabiosa actualidad, no sé si tendremos una Navidad Blanca o una Navidad en blanco y negro, más negro que blanco. Restricciones de espacio y de personal. Habrá que reinventarse, pues el ingenio humano es imprevisible y la resignación una virtud. Ahora recuerdo aquellas lecciones de Psicología que nos hablaban del conflicto y que en esta ocasión parecen confluir en nuestro estado de ánimo; es lo que llaman conflicto de doble atracción o de atracción-atracción, que aparece cuando dos objetivos se presentan a la vez y que se excluyen mutuamente. Queremos celebrar la fiesta y, al mismo tiempo, preservar la salud o evitar la pérdida de esta. (En este último caso, sería atracción-evitación).

Sea un caso u otro, el resultado puede conllevar una frustración, extensamente estudiada por los psicólogos. Y contra ella hay mecanismos de defensa, reacciones adaptativas y sentido común. Sobre todo este último. Un año con una celebración no habitual no es el fin del mundo. Hay que adaptarse a las circunstancias especiales que nos toca vivir, guardar las normas y evitar la mala praxis. Y esperar otra Navidad Blanca. ¡Ánimo! H

*Profesor