Desde que nacemos, la sociedad construye estereotipos de género en diferentes ámbitos. En la indumentaria al vestir de rosa o azul a los niños o en el ocio al regarles coches o muñecas. Lamentablemente, estos roles también llegan, en cierta manera, a las aulas. Les hablo del mundo científico y tecnológico cuando en los libros de texto domina la imagen masculina como referente de estudio.

Así pues, estos estereotipos conlleva a que en desde edades tempranas las niñas se perciban menos capaces a la hora de alcanzar las habilidades de estas disciplinas, según el informe PISA de 2015. Y es que solo el 28% de las mujeres en España quieren estudiar carreras que aglutinan ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Sea cual sea la causalidad de esta falta de vocación, lo que está claro es que son datos abrumadores cuando el futuro laboral está en manos estos perfiles.

Desde Cs ya pedimos mayor presencia en los libros de texto de mujeres referentes y la necesidad de implementar medidas para fomentar la vocación al estudio de estas disciplinas. Pero también hemos propuesto iniciativas para romper el techo de cristal en la investigación, donde actualmente se penaliza a la mujer por ser madre ya que a la hora de solicitar plazas o proyectos no se contemplan los parones en la crianza, lo que provoca una desventaja.

Por ello, como investigadora y también política de paso deseo que estas medidas sean ejecutadas y, especialmente, que ninguna mujer tenga que elegir entre ser madre o científica. O lo que es lo mismo, entre su vocación y la maternidad.

*Portavoz provincial y diputada autonómica de Cs por Castellón