Querido lector/a, existen cosas, opiniones, comportamientos…, que siempre que aparecen y las observo no me agradan. Es más, reconozco que ante algunas de esas actitudes tengo reacción fija y contraria sin saber los motivos. Pero lo que sí tengo claro es que no me gustan las personas que aprovechan cualquier circunstancia --como ahora los atentados terroristas de Barcelona-- para hablar siempre mal y sin consideración de los inmigrantes ¡No las soporto! Reconozco que alguna ocasión y por no discutir no les he prestado atención. En cualquier caso, tampoco idealizo a los inmigrantes. Imagino que, como pasa entre los españoles, ahí también hay personas de toda condición y moralidad.

Y es que, esa gente que critica a los inmigrantes, olvida o no sabe, que los españoles fuimos y somos inmigrantes que nos hemos incorporado al mercado laboral y a la vida de otros países. Esa gente confunde los inmigrantes con terroristas y no quiere recordar que los españoles también teníamos terrorismo --el terrorismo de Estado con Franco y el de ETA-- y, por eso, no éramos terroristas. Esa gente no tiene la necesaria sensibilidad para darse cuenta de que después de los muertos, los heridos y sus familiares, la inmigración musulmana practicante del Islam son las siguientes víctimas porque sus vecinos los van a mirar con desconfianza y les van a complicar la integración social. Esa gente no separa ni marca diferencia entre el Islam, religión de una parte de la inmigración, y esa minoría que tiene una concepción enferma y aberrante de la fe y que utiliza la violencia como camino de salvación. En esencia, querido lector/a, esa gente que critica a los inmigrantes no quiere ver que solo son seres humanos que con dolor han tenido que abandonar su tierra para buscar una vida digna que casi nunca encuentran ¡Los quiero! ¡Sí! A los inmigrantes de buena voluntad y no a la gente que los critica por sistema.

*Experto en Extranjería