Le llaman nueva, a mí me gusta mucho más la antigua, la de siempre, cuando las cosas estaban claras y había reglas y principios.

Ahora con estas palabrejas y expresiones que se han inventado en plan orwelliano, nos quieren cambiar la vida y la realidad. Solo existe el relato y la propaganda. Son las nuevas formas de nuestros gobernantes socialcomunistas, que parecen creer que todos somos débiles mentales y que entre términos novedosos y gran difusión en televisiones y medios amigos vamos a creernos todas las mentiras, contradicciones y sinsentidos en los que incurren.

Quieren que veamos bonito lo que es feísimo. Y que nadie les cuestione ni critique porque solo obtendrá insultos. Con la vieja normalidad casi todos los ministros del Gobierno hubieran tenido que dimitir, con la nueva todo les importa un pito: dignidad, honradez, lealtad, etc. Publicitarios con eslóganes peronistas nos fríen la cabeza. Dicen que «nadie quedará atrás», 45.000 personas muertas ya no están detrás ni delante. Ni los millones de nuevos parados. Que no se arreglan con subvenciones a base de impuestos que esquilarán a quienes no pueden mas o con dinero prestado.

Se remedia a base de buena gestión y sentido común, que no tienen. Y también queda atrás la concordia de la Transición y múltiples libertades que han recortado hasta extremos inaceptables Quieren dominarlo todo, la política, la educación, los medios, la economía, las fuerzas del orden o la judicatura, todo a sus órdenes. Esto no es separación de poderes, ni libertad, ni democracia.

*Notario