CARTA AL DIRECTOR

Noventa, ya son muchos años, y no pensaba llegar, y menos después del infarto que tuve ya hace trece. Doy gracias a Dios, que me permite hacer muchas cosas durante mi vejez que nunca habría pensado. He aprendido a manejar un móvil, que me permite comunicarme con muchas buenas personas, de la familia y amigas, que me dejan participar de todas sus cuitas, y a través de los grupos de WhatsApp pasan las horas volando. No es fácil el aprendizaje de estas tecnologías, sobre todo para las personas mayores, pues te expones al ridículo. Te puedes pensar que lo has hecho bien y llamas a quien no es y a horas intempestivas, y no sabes cómo controlarlo.

Tengo que pedir disculpas por si alguna vez os he ofendido, tened la seguridad de que habrá sido sin querer. Tengo muy fuerte el primer impulso, que procuro controlar, mas la impaciencia me domina, y no siempre gano yo.

Ante mis debilidades, confío en la Providencia, y espero el perdón de Dios cuando llegue a su presencia.

Mª Antònia García