El país ha vivido esta semana un momento histórico. El nuevo Gobierno progresista ya es una realidad tras la investidura del presidente Pedro Sánchez. Para llegar hasta aquí ha hecho falta diálogo y sentido de la responsabilidad. PSOE y Podemos han conseguido el apoyo suficiente para poner en marcha un Ejecutivo que pondrá a las personas en el centro de la política. Un Gobierno que hará avanzar España en nuevos derechos para todos y todas, desde valores progresistas.

La derecha y la ultraderecha ya han demostrado que harán todo lo posible por desestabilizarlo, pero frente al intento de socavar lo que la voluntad de la mayoría en las urnas ha elegido, estará la defensa férrea de la democracia, la libertad y la justicia social. Son muchos y muy complejos los retos que asume este nuevo Ejecutivo. Combatir la precariedad del mercado laboral y garantizar el trabajo digno, estable y de calidad; proteger los servicios públicos (educación, sanidad, dependencia, pensiones...); la lucha contra el cambio climático y las políticas feministas son, entre otros, los ejes de actuación del Gobierno.

El nuevo horizonte que se dibuja en España es esperanzador, más aún con la alineación de fuerzas en los gobiernos central, autonómico y municipal que, estoy segura, supondrá un impulso aún mayor a las políticas progresistas.

Confío en que la voz de la Comunitat Valenciana y de Castelló sea escuchada también en Madrid. Siempre lo he dicho y lo sostengo ahora. Como alcaldesa, seguiré reivindicando aquello que considero justo para esta ciudad, gobierne quien gobierne. Sánchez es conocedor de la realidad de Castelló y estoy segura de que seguirá demostrando sensibilidad hacia nuestras demandas históricas, como lo ha hecho con la reciente liberalización de la autopista AP-7.

Tampoco me cansaré de pedir una financiación local justa. Los ayuntamientos son la administración más cercana, los que dan respuesta a los problemas que más directamente afectan a la vida de las personas, asumiendo cada vez más competencias sin financiación complementaria. Hay que resolver el agravio de la financiación autonómica, por supuesto, pero en paralelo hay que trabajar para poner a los ayuntamientos en el lugar que se merecen. Con una mayor financiación local, seremos capaces de mejorar los servicios municipales, lo que redundará de manera inmediata en el bienestar de la ciudadanía. Podremos mejorar nuestra gestión económica, eliminando también las limitaciones al destino del superávit local y las rigideces de la regla de gasto.

El nuevo Gobierno central debe atender también otras demandas ampliamente reivindicadas en Castelló y en la provincia, como un servicio de Cercanías digno o el corredor mediterráneo. Son actuaciones necesarias para el desarrollo social y económico. Mejorar las comunicaciones para las personas y propiciar la competitividad de nuestras empresas depende del desarrollo de infraestructuras como estas.

Estoy convencida de que ese nuevo horizonte que se abre ahora con un gobierno de coalición progresista en España, con Sánchez a la cabeza, deparará un futuro mejor para Castelló. Desde aquí seguiré haciendo fuerza para que así sea.

*Alcaldesa de Castelló