Di el paso en política convencida de que podría ser útil a mis vecinos. Y en ese reto me encontré a grandes personas que forman parte de mi vida. Una de ellas es Nuria Felip. Entusiasta, enérgica y apasionada. Me dio la mano y aprendí a luchar por lo que necesitaba mi pueblo, a enfrentarme a la desesperante burocracia y a empeñarme en resolver los problemas de mis vecinos.

Nuria Felip nos dice adiós. Adiós a la política después de haberse dejado la piel por la cultura y el comercio. La Casa de la Cultura, la biblioteca, Ca la Vila, la Casa de la Música, el Museu del Joguet o el Museo de la Natividad, junto a la reforma del edificio El Mercado o el Plan de Acción Comercial, forman parte de su mochila política.

Nuria Felip seguirá entregada a Almassora. Porque tengo la suerte de contar con gente que lleva en el corazón a nuestro pueblo. Solo así se consiguen los mayores éxitos que Almassora merece: dar servicio a nuestros ciudadanos, hacer que sean felices y que tengan calidad de vida.

Este es el único objetivo. Trabajar con el corazón poniendo todo nuestro empeño y esfuerzo en lograr que los pequeños problemas de Almassora se resuelvan, que las infraestructuras prioritarias de nuestro pueblo salgan de una parálisis que dura ya cuatro años y que el motor económico de nuestros polígonos transforme el abandono por la actividad que nos haga referentes.

Y para conseguirlo debemos dar voz a nuestros vecinos. A los que en estos cuatro años PSPV y Compromís garantizaron que iban a ser protagonistas pero que en la práctica los han silenciado. Como han denunciado los vecinos de la calle Boqueras, como lamentan los residentes de la playa, como reivindican ciudadanos anónimos desde la plataforma del 167.

Creo que las divisiones nos empobrecen y enfrentan. Por eso Almassora necesita estar unida porque ya ha demostrado que en momentos difíciles, la suma de todos nos hace invencibles.

Apoyando a los agricultores que son emblema del esfuerzo. Héroes anónimos que ayer en València levantaron la voz contra un secretario autonómico del PSPV, Francisco Rodríguez Mulero, que les enviaba a trabajar en lugar de a manifestarse. Ojalá su jefe de filas, Pedro Sánchez, tuviera el mismo interés en defenderles que lo tuvo el pasado año a la hora de fletar el Falcon para venirse de fiesta a nuestra tierra.

Ojalá seamos capaces de conseguir que Almassora gane. Porque son mis vecinos los que han de ser protagonistas de este proyecto ilusionante que coloca focos, altavoz y cámaras en la calle frente a quienes intentan callarlos desde los despachos del ayuntamiento.

*Candidata alcaldía PP Almassora