Debe de ser normal que el presidente del Gobierno y una presidenta autonómica se citen por carta para coordinarse contra la pandemia. Seis meses después del tsunami que ha arrasado vidas, negocios, empleos e ilusiones, incluso nos invitan a celebrar que por fin vayan a verse cara a cara. ¡Hay que joderse...!

Debe de ser normal que el presidente de otra comunidad, histórica en este caso y con aspiraciones de volar sola, se enroque en darse cabezazos contra eso que llama Estado y arrastre a millones de compatriotas --de su cuerda y de los que no lo son-- a la interinidad. Y todo por negarse a retirar una pancarta. «¡Quins collons…!»

Debe de ser normal que la justicia destape operaciones clandestinas urdidas, casi desde la mesa del Consejo de Ministros, para sabotear las investigaciones sobre la financiación fraudulenta de un partido.

A ver si ahora resulta que el ángel Marcelo tiene superpoderes para desimputar…

Debe de ser normal, si buscas consuelo por ahí fuera, toparte con un primer ministro --que además tiene pinta de bufón-- que se pasa por el arco de triunfo un acuerdo internacional que él mismo ha firmado, como quien oye llover.

¿ Quo vadis, brother ?

Resumiendo: si al final resulta que todo esto también es consecuencia de esta nueva normalidad, yo me borro.

Y conste que no he hablado en ningún momento de Messi ni de Bartomeu . H

*Periodista