Vivimos el tiempo de las ciudades inteligentes, los destinos turísticos inteligentes, las playas inteligentes,... Numerosas entidades públicas y privadas abrazan estrategias de innovación para no perder el ritmo de los tiempos que, a golpes de avances tecnológicos vertiginosos, imponen plazos de caducidad cada vez más cortos.

Todo parece indicar que la innovación será la cronificación de un estado de alerta. Una actitud permanentemente abierta a lo nuevo. Innovar es reinventar las soluciones para los problemas de siempre formulando respuestas más eficientes. Pero algo debe persistir en todo planteamiento de innovación y de inteligencia colectiva. Fundamentalmente en aquellos sectores de la economía como el turismo que deben basar su competitividad en la diferenciación. Es decir, el valor de aquello que nos hace ser únicos. Un territorio inteligente será aquel que sepa, además y más allá de la tecnología, identificar sus singularidades y componentes de excelencia. Los adelantos podrán llevarnos muy lejos pero sin un producto creíble, honesto y auténtico no doblaríamos ni la primera esquina.

En esa dirección quisiera destacar un hecho acontecido hace 3 días en Cervera, la emblemática localidad del Maestrat. Turismo de la Comunitat Valenciana ha contribuido de una forma sustancial a la recuperación y puesta en marcha de un centro de interpretación del aceite. La rehabilitación y apertura del Molí de l’Oli y una touristinfo constituye una magnífica noticia no solo para el municipio y su comarca, sino para la construcción de un modelo turístico de base territorial insertado en un relato de autenticidad y cultura autóctona. Este espacio se postula como escala imprescindible en toda ruta turística que pretenda mostrar, divulgar y emocionar al calor de una historia, un paisaje y, como diría Labordeta, un paisanaje que todavía puede rescatar las esencias del mediterráneo rural. Este es nuestro empeño capitaneado por el director de estrategia territorial, Josep Gisbert.

En la inauguración de este espacio estuvo presente exaltando estos valores el president Ximo Puig. Fueron unos momentos excepcionales que permitieron también rendir homenaje a la familia Segarra que, desde el altruismo y la bondad, donó este recinto hace décadas con el propósito de que alguien reconstruyera esta esperanza. Así lo glosó en una intervención sublime, el alcalde Adolf Sanmartí. Historiador y erudito, con su maestría nos dio un ejemplo de gobernanza responsable y de indiscutible altura de miras.

La cultura del olivo, la ruta de los ejemplares milenarios, el patrimonio y el acervo histórico que late en los municipios del Maestrat, la tradición y la innovación, los productos gastronómicos de calidad y kilómetro cero, conforman la base de un modelo genuino que consagra la nueva Ley de Turismo, Ocio y hospitalidad. Tematizar y especializar nuestros diferentes ámbitos territoriales nos hará más fuertes. Necesitamos argumentos para seducir. Atributos para competir en un mundo que ignorará a quienes decidan suicidarse gestionando inercias y rutinas. Cervera irrumpe con fuerza, inteligencia y una propuesta que añade valor al territorio. Enhorabuena.

*Secretario Autonómico de Turismo