Posados, promesas, dimes, diretes, reproches y mucha propaganda es lo que ofrece el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castellón a los vecinos. Un reality show cargado de división, líos e intrigas.

Las izquierdas del Acord de Fadrell se declaran amor cuando están en público, pero en privado, los cuchillos van que vuelan.

Algunos ejemplos; un culebrón es el proyecto de la nueva residencia de mayores, prometida en el año 2015 y de la que aún no hay absolutamente nada. PSOE y Compromís se acusan mutuamente de bloquear un proyecto tan necesario, que va a costar más que la construcción de las pirámides.

Lo mismo pasó con la Junta de Fiestas. Se ve que les molestaba, así que el PSOE la fulminó, abriendo una guerra que aún no está resuelta.

Pero los capítulos no tienen fin: la desaparición de un plumazo del terreno reservado para la construcción del nuevo conservatorio de música y danza de la ciudad, la organización de los eventos culturales, que unos departamentos le roban al que en teoría le competen, el reparto del megalómano edificio de Borrull para despachos, el centro de interpretación de la villa romana de Villamargo... y el capítulo más importante, el del presupuesto. Al no ponerse de acuerdo, el del 2020, el año de la pandemia, ¡¡¡lo aprobaron en agosto!!! Y el del 2021 va por el mismo camino diga lo que diga su propaganda. «¡Más madera!», gritaba Groucho Marx .

Ese es el problema de los gobiernos Frankenstein, sus costuras no encajan, y revientan. Y los ciudadanos son los grandes perdedores. Justo en el peor momento posible. En medio de una crisis sanitaria, económica y social sin precedentes en la ciudad de Castellón. Pasen y vean. H

*Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Castellón