Por fin ha llegado el día tan esperado por más de 23.000 alumnos valencianos, mañana comenzarán las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU). Una Selectividad marcada por el coronavirus y la nueva normalidad. Una Selectividad con medidas de distanciamiento social, mascarillas, geles, adaptación del temario y reordenación de espacios.

Sin embargo, lo que seguro que no ha cambiado son los nervios y la tensión de jugárselo todo prácticamente a una carta. Históricamente, los estudiantes se han enfrentado a diferentes exámenes en función de la comunidad, al igual que a cambios en las leyes educativas, pero lo de esta pandemia es, sin duda, una situación especial y única.

Esta promoción del 2019-2020 nunca olvidará su último año en el instituto. Sin graduación, viaje de fin de curso y con nuevos hábitos de estudio a través de una pantalla. ¿Quién diría que el uso de las nuevas tecnologías supondría un quebradero de cabeza para unos adolescentes 2.0?

Y es que los vaivenes políticos de Celaá y la Conselleria, la desaparición del Ministro de Universidades y la improvisación constante han hecho mella en estos meses de confinamiento, tanto para alumnos como para padres y docentes.

Pero en esta PAU, además de velar por las medidas sanitarias, también se debe garantizar la igualdad de oportunidades, cosa que no ha hecho el Botànic. La consellera Pascual se ha negado a que el alumnado con dislexia reciba las adaptaciones oportunas, a diferencia de otras autonomías. El Gobierno de las Personas contra los más débiles. Del dicho al hecho hay un trecho. Menos lecciones y más aplicarse el cuento. A los alumnos: ¡Mucha suerte! Todo va a salir bien.

*Diputada autonómica y portavoz provincial de Ciudadanos