Qué duda cabe que la pandemia está teniendo una repercusión muy importante en la salud mental de todos, pero si hay un sector que se encuentra especialmente afectado es el personal sanitario.

Si bien el desgaste físico para este colectivo está siendo absoluto, su salud mental también se está viendo damnificada. Un reciente estudio arroja unos alarmantes resultados. El 48% de los sanitarios españoles, casi uno de cada dos, presenta un riesgo alto de padecer algún tipo de trastorno mental. De entre ellos, los que ya han sido diagnosticados están afectados de depresión (30%), ansiedad (25%), estrés (25 %) o abusos de sustancias (20 %).

Un síntoma común entre ellos es la preocupación y rumiación constante por el miedo a la infección (tanto a infectarse ellos mismos como a llevar a casa la infección), al colapso de los hospitales y a la falta de protección, lo que les lleva a padecer insomnio y desasosiego. El desconocimiento general, la falta de material de protección, el incansable goteo de infectados y las «situaciones de guerra» que están pasando durante tanto tiempo, les está llevando a la extenuación. Y, si ya es preocupante la alta prevalencia de los trastornos mentales entre ellos, no lo es menos el porcentaje de sanitarios que tienen conducta autolítica, pues se calcula que un 15% tiene ideación suicida, mientras que un 5% lo ha intentado.

Este aumento del riesgo de suicido se explica en parte por la presión sufrida por los centros sanitarios, en términos de coordinación y personal durante todo el tiempo, pero especialmente en los picos de las tres olas.

Y es que las dimensiones de esta pandemia no tienen parangón ni en densidad, ni en tiempo, ni en características.

Agradecer es la mejor forma de expresar gratitud. Por lo tanto, gracias por estar ahí. Porque nunca es demasiado el reconocimiento a quien no nos abandonó en los peores momentos. H

*Psicólogo clínico

( www.carloshidalgo.es )