Querido lector:

La fórmula para su creación, su principal promotor, las continuas disputas políticas de más de una década que provocaron paralizaciones y reanudaciones, las irregularidades, los sobrecostes, la parodia de su inauguración electoral, las campañas mediáticas en su contra, extensivas incluso a la propia provincia... y un sinfín de claves más han causado una marca muy negativa al aeropuerto de Castellón y una montaña de dificultades a quienes han defendido su importancia final y también su capacidad de palanca para el impulso de la industria turística castellonense.

Sin embargo, una vez resuelta su construcción, la posterior adjudicación de un operador y gestor y el inicio de su funcionamiento como instalación aeroportuaria, la cosa va cambiando. Hasta el punto de que ya prácticamente han desaparecido las referencias negativas, las que van surgiendo tienen que ver ya con la normalidad de su operatividad y las guerras políticas que lo esgrimían como emblema de tal o cual batalla son prácticamente inexistentes. No está mal... Han tenido que pasar muchos años y muchas cosas para que la realidad práctica se impusiera y para que la demanda y reivindicación empresarial sobre su utilidad triunfara.

Sin embargo, aún no es suficiente, claro. Al menos así lo han pensado desde Aerocas, la sociedad pública responsable del aeropuerto que, con buen criterio, pretende otorgar velocidad de crucero y contenido concreto al afianzamiento del aeropuerto entre la sociedad castellonense. La fórmula empleada es la creación de una plataforma abierta, a la que se han adherido ya 30 organizaciones y empresas de todo tipo, y el objetivo, múltiple y ambicioso. Asegurar el futuro del aeropuerto a largo plazo con planes y directorios para que sea la principal palanca del salto castellonense al turismo internacional, que a su vez, será el futuro de nuestra industria turística. Para ello han establecido valiosas estrategias, pero me quedo con la principal: implicar a la sociedad civil con una potencialidad propia ya existente que debe valorizarse.