Como la tenemos ahí, tan cerca, no siempre sabemos valorarla. Me refiero a la playa de Almassora, de la que hoy se retiran las máquinas que han estado trabajando desde el 2015 para evitar las históricas inundaciones que se repiten año tras año. Este mismo miércoles recibí al delegado y al subdelegado del Gobierno junto al muro para comprobar el resultado de esos trabajos valorados en 1,7 millones de euros, una inversión cuantiosa aunque alejada de los 6,3 millones que aportó el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero en el 2007.

Con 24 grados y el mar totalmente en calma, Benafelí nos ofreció el miércoles su mejor imagen mientras los operarios recogían las herramientas y la pasarela de madera invitaba a un paseo más propio del verano que de finales de octubre. Esa es la estampa que tiene que mantener la playa después de las inevitables tormentas, que seguro llegarán, y de que las olas vuelvan a ponernos en guardia. Estaré atenta para asegurarme de que la reclamación histórica de los vecinos por fin ha tenido su recompensa. Pero iré más allá.

Porque junto al muro aproveché la visita del delegado del Gobierno para que traslade a Moncloa la imperiosa necesidad de continuar invirtiendo en la costa de Almassora. Si para el anterior equipo de gobierno municipal era insuficiente la inyección del Estado español de 6,3 millones en el tramo sur, para el que ahora presido es más que urgente que Costas recupere el tiempo perdido tras años de abandono desde el relevo en el Gobierno central.

RECLAMAMOS más espacios como las dunas y la pasarela instaladas en los extremos de nuestro litoral, un verdadero acierto que disfrutamos desde el pasado verano, pero, por encima de todo, que el Estado recuerde que nuestro pueblo también merece un paseo marítimo. No queremos perder el carácter familiar de la playa, pero hay obras que son más que necesarias para dar el verdadero impulso a la costa local. Aunque hasta ahora ningún alcalde lo ha conseguido no soy de las que se rinden fácilmente y voy a seguir llamando a todas las puertas para pedir lo que es de justicia. Los mayores obstáculos se salvan con tesón y el paseo marítimo no escapa a esta máxima.

*Alcaldesa de Almassora