En los últimos días, vivimos perplejos ante el espectáculo lamentable, pero previsible, que nos están dando los responsables del Partido Popular. Como en una película que se repite, seríamos capaces de adivinar la actuación o respuesta del Partido Popular ante el enésimo (pues ya he perdido la cuenta) caso de corrupción política en sus filas.

Actúa la Guardia Civil, detiene no a quienes pasaban por allí, sino a los máximos responsables de un partido que ha saqueado nuestra tierra durante 20 años de régimen. La historia se repite a la perfección como en el capítulo Bárcenas, Carlos Fabra,‘Blasco…

“Soy inocente”, primero; “todo es un montaje”, lo segundo… Esto los primeros días, cuando todavía no saben lo lleno que tienen la Guardia Civil y los jueces el carrito del helado con el que les han pillado. Ya cuando son conscientes de que les pillaron, ponen en marcha el ventilador: “Yo no decidía”, “el que decidía era fulano, mengano”… Y mientras todo esto sucede, los responsables del PP desde Madrid sacan pecho de su apuesta por la lucha contra la corrupción, aunque aún no conocemos ni un solo caso que ellos hayan detectado y en el que hayan actuado antes de que les pillaran los jueces con el carrito del helado.

En lugar de eso, se dedican a tirar balones fuera, mientras los jueces les exigen responsabilidades como partido por borrar presuntamente los datos del ordenador de quien les guardó y administró la cartera durante tantos años, el gran “Luis, sé fuerte”. Y cómo no, cuando ya no saben qué decir recurren a Andalucía y los ERE para decir que la corrupción es cosa de personas malas, no de partidos malos. Pero, pese a los esfuerzos y miles de folios de investigación, el caso de los ERE, absolutamente deleznables, sí parece cosa de un grupo de sinvergüenzas; por cierto, todos en sus casas por orden de la presidenta andaluza.

Los tentáculos de la trama llegan incluso a las puertas de nuestra casa. Hoy mismo, hemos conocido en Mediterráneo nuevas noticias que relacionarían obras como el Centro de Tecnificación Deportiva de Vila-real con la última trama investigada en el Partido Popular de la Comunitat Valenciana. Y quién sabe cuántas sorpresas más nos deparará la investigación de los múltiples casos abiertos, de Taula a Ciegsa, Imelsa o Gürtel, en la Comunitat y en nuestra provincia.

En el caso del PP, se puede vivir con un cerdo y no tratarse de una pocilga. Pero cuando se vive en una pocilga, es ridículo hacer creer que no se notaba el olor a cerdo. H

*Alcalde de Vila-real